La sonrisa delata lo que el pensamiento esconde

 

Esta frase es totalmente cierta, pero no sólo la sonrisa delata lo que pensamos y sentimos, sino cualquier gesto que hacemos.. Y aunque no hagamos ninguno, lo que no decimos, también revela mucho.

Por lo tanto, pensaríamos que no hay nada que podamos esconder porque la gente siempre va a intuir lo que no dijimos.

Y aquí es donde está lo delicado del asunto, porque muchas veces callamos para evitar problemas, pero no nos damos cuenta que al no hablar, estamos generando un problema mayor.

Decir lo que piensas no es un acto heróico, aunque te lo parezca. Es simplemente un derecho que debes ejercer. Es más honesto decir lo que piensas, que callar y dejar que el otro piense lo que no es y se quede con una impresión equivocada de ti.

Cuando dices lo que no te gusta o lo que te molesta, le estás dando oportunidad a la otra persona de cambiar su conducta, si es que le interesa. De igual manera, debes escuchar y no ofenderte cuando alguien te haga saber lo que no le agrada de ti.

Hablar claramente evita que surjan malentendidos y dudas, que por lo general destruyen los lazos afectivos.

¡Pero cuidado! No hay que confundir el miedo a hablar con la prudencia de callar. Una cosa es nuestro derecho a expresarnos y otra la liviandad de soltar palabras hirientes que en lugar de facilitar la comunicación, la destruyen por completo.

Muchas veces nuestro orgullo nos empuja a hablar y a permanecer a la defensiva, sin percatarnos de que lo que decimos es absolutamente innecesario.

Recordemos que la finalidad de la comunicación es acercarnos, crear lazos, unirnos, por lo que cualquier expresión que vaya en contra de estos propósitos, estará totalmente equivocada y nos llevará al inevitable quiebre de las relaciones.

Escrito por Layda Ponce de León
09 de Septiembre 2022

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